sábado, 26 de enero de 2008

empatía

¿Vas a leer esto de nuevo? ¿De qué te querés enterar? No hay nada que no sepas. Sólo hay algunas cosas que no querés ver…Bueno, aquí van: Hay inteligencias menores que no se pueden desarrollar por su poca o nula capacidad de amar. ¿Por qué el amor nos hace más inteligentes? ¿Es una loca teoría sin fundamentos científicos? Sí, si hablamos de método, sin duda no tiene fundamento científico. Ahora ¿qué es lo primero que hizo el hombre para desarrollar este mundo? Observar… y en ese sentido acá hay una mosca que mira, y ve sin ser vista.
No hay amor más profundo que el de ponerse en el lugar del otro y tratar de percibir lo que siente. A este sentimiento se le llama empatía y no todas las personas tienen la capacidad de vivenciarlo. Además es un sentimiento que se desarrolla con la práctica diaria. Es lo más hermoso de lo humano, es lo que mantiene los lazos que no son obligatorios, es la posibilidad de lo profundo sin verso, sin declaraciones a futuro. Es el presente sano que recupera los buenos deseos de las tarjetas de junot, sin tarjetas y sin ositos.
Cuando ese sentimiento está ausente las relaciones se malogran, la amistad se envilece y el amor, desde ya, no existe sino en la forma de una caricatura mediocre, realizada con mala tinta, que pronto se borronea y desaparece. Es el querer conocer qué siente el otro para actuar en consecuencia lo que hace del amor algo respetado, deseado y profundo.
Es así que cuando en una relación una persona practica la empatía y otra no, la que no lo hace está por encima de la otra en términos de poder, pero la primera es la que yo elijo ser, porque mi nona era así y yo la amaba y siempre quise ser como ella. Ella sabía lo que yo quería antes que nadie, ella sabía lo que todos querían y eso la alejaba de ser una miserable. Ser miserable es fácil y gratificante para algunas personas, ponerse en el lugar del otro y ser consecuente con eso es un poco más difícil, y allí va la inteligencia que se supera día a día. Si el ser humano en general tuviera este sentimiento-inteligencia más desarrollado se hubieran evitado muchos males a la humanidad.
Este sentimiento evita la depresión, el desánimo y sobre todo evita la soberbia, esa prepotente que no deja lugar al placer, al compartir, a la paz de los corazones.
Así… para los que amo… un buen sillón, una historia interesante para leer o para pensar, el sonido de un arroyo, y alguien que pose una mano sobre la suya y pregunte: ¿unos mates?