lunes, 28 de noviembre de 2011

Marie Curie (1867-1934) _______________________________________________________ Vocación y placer

Me solicitaron que escriba sobre un premiado por la Academia Sueca y traté de hacerlo fácil. Decidí amontonar las ideas claves que movilizan a los buenos del mundo como son, solidaridad, amor, belleza, pasión, aventura, libertad, romance. Después de estudiar esta historia debo agregar: dejar de temer, dar a conocer, desprecio por las patentes, pequeña mujer, placer por investigar. 



Antes de Pierre, de la Sorbona y de los Nobel, Marja Sklodowska vive la Polonia que dependía del zar ruso, que prohíbe sus periódicos, su religión y su lengua. Vive el despido de su padre, profesor de matemáticas y física. Aprende en el laboratorio del Museo de la Industria y la Agricultura de Varsovia que la investigación no es rápida ni cómoda y que el placer no es el descubrimiento sino la tarea diaria, la observación, la espera. De joven alfabetiza a hijos de obreros que no pueden ir a la escuela y participa en la Universidad Volante de Varsovia donde profesores rebeldes imparten clases, clandestinamente y en domicilios particulares, a jóvenes que desean intensificar su cultura y que a la vez hacen de educadores. Da lecciones a mujeres del pueblo y empleadas de talleres. Reúne obras polacas en una biblioteca. Cree en el progreso, es una idealista y quiere construir un mundo mejor, se siente responsable por esto.
Ella aprende temprano que una mano lava la otra. París es el centro de estudios anhelado aunque lejano para la hija del profesor despedido. Decide trabajar como institutriz calculando que en un año juntará el dinero necesario para que su hermana termine los estudios y así poder partir. Pero fueron cinco los años que tuvo que esperar Marja. Recién cuando su hermana Bronia termina su licenciatura y se casa ayuda a la menor a trasladarse a París.
Se cuenta de ella que a en París alquila un pequeño altillo en el Barrio Latino y que el frío era tan intenso que utilizaba toda su ropa sobre la cama para aplacarlo. Estas privaciones se veían compensadas por su acceso a los estudios “Un mundo nuevo se abrió para mí, el mundo de la ciencia, al cual yo podía acceder con total libertad”. En 1981 ingresa a la Sorbona y se gradúa en Física y Matemáticas. Más tarde, ya graduada, y residiendo en París, apoya con dinero la agitación antizarista que se contagia a los polacos desde los acontecimientos revolucionarios de 1905 en Rusia.
Su objetivo aún es regresar a su Polonia pero un soñador, un idealista, un estudioso sin aspiración a laureles, Pierre Curie enamora a la polaquita y laboratorio que va, experimento que viene, terminan casándose y como regalo de bodas obtienen unos pesos y se compran sendas bicicletas para pasear en viaje de luna de miel por Francia durante el verano. De ahora en más se llamará Marie Curie o Madame Curie.

Manos a la obra
En 1895 se descubren los rayos X y en 1896 se descubre la radioactividad natural. Marie quiere realizar su doctorado. Juntos deciden centrarse en los trabajos del físico Antoine Henri Becquerel, quien había descubierto que las sales de uranio emitían, sin exposición a la luz, ciertos rayos de naturaleza desconocida. Un compuesto de uranio colocado sobre una placa fotográfica cubierta de papel negro, dejaba una impresión en la placa a través del papel (Rayos X). Era la primera observación del fenómeno al que Marie bautizó después con el nombre de radioactividad; pero la naturaleza de la radiación y su origen seguían siendo un misterio.
Ella basa su tesis en los descubrimientos de otras sustancias capaces de emitir rayos “becquerel”. Cuenta para sus experimentos con la ayuda de un electrómetro construido por Pierre, basado en el efecto piezoeléctrico (investigado y desarrollado por Pierre y su hermano). En muchos momentos los investigadores tienen que construir sus propios instrumentos de medición y este es un magnífico ejemplo de creatividad aplicada a fines específicos.
Marie incluye en su análisis a la pechblenda con alta concentración de uranio. Demuestra que la pechblenda presenta una actividad cuatro veces superior a la del uranio y deduce que en este material debían de encontrarse otras sustancias radioactivas diferentes y de mayor actividad que el uranio. Y no se equivoca

Luego de exhaustivos experimentos de purificación y cristalización, en 1989, la pareja logra aislar otra sustancia con una actividad 1 millón de veces superior a la del uranio, a la que denomina radio, que en latín significa rayo.
Las conclusiones de estos estudios son las siguientes:
• Las radiaciones emitidas por el radio podían medirse por la corriente eléctrica que éste generaba.
• Constituían una propiedad atómica del elemento independientemente de su estado físico.
• La intensidad de la radiación era proporcional a la cantidad contenida en la muestra.
• Acuñan la palabra radioactividad.
• Descubren otra sustancia radiactiva unida al bismuto a la que llama polonio, en honor a su país de origen.
• Pierre estudiaba en el campo de la cristalografía y en colaboración con su hermano descubrió la piezoelectricidad gracias a lo cual ahora enciendo electrónicamente mi calefactor.
• De todos sus estudios sobre magnetismo Pierre descubre el efecto de la temperatura sobre el paramagnetismo, conocido actualmente como la ley de Curie.
• También descubre que las sustancias ferromagnéticas pierden este carácter por aumento de la temperatura, a esta temperatura se conoce como temperatura o punto de Curie.

Doctorado, premios y honores
• Marie logra su Doctorado, con honores, en Ciencias Físicas de la Universidad de París en 1903.
• Ese mismo año, Pierre y Marie son galardonados con la prestigiosa Davy Medal, de la Royal Society de Londres.
En una escuela donde Pierre había trabajado les prestan un cobertizo, necesitan un gran espacio para manipular enormes cantidades de material, el lugar tiene un techo parcial de cristal que no impedía totalmente el paso de la lluvia. Hace mucho frío en invierno y es un invernadero en verano. Su trabajo no es fácil, permanentemente manipulan tubos con polonio y radio que afectan la piel de las manos de Pierre, el ambiente está contaminado. Marie escribe tiempo después: "A pesar de todo, en aquella miserable barraca pasamos los mejores y más felices años de nuestra vida, consagrados al trabajo. A veces me pasaba todo el día batiendo una masa en ebullición con un agitador de hierro casi tan grande como yo misma. Al llegar la noche estaba rendida de fatiga." En ningún momento abandonan su investigación.
Sus amigos están muy preocupados por ellos: “No conceden ustedes tiempo a las comidas. Las hacen a cualquier hora y por la noche comen ustedes tan tarde que el estómago, debilitado por la espera, se niega a la larga a funcionar. Sin duda, una investigación puede obligarles a cenar tarde una noche, pero no tienen ustedes derecho a hacer de ello una costumbre. He visto en más de una ocasión a la señora Curie mantenerse a base de tazas de té. ¿Cree usted que una constitución, aunque sea robusta, puede mantenerse con semejante alimentación? ¿Qué va a ser de ustedes si pierden la salud? No hay que meter, como ustedes hacen, las preocupaciones científicas en todos los instantes de la vida. Es necesario dejar que el cuerpo descanse. Es necesario sentarse cómodamente a la mesa y masticar lentamente. No hay que leer comiendo, ni hablar de física”. Pero ese ensamble de soledades se basaba en la pasión por el experimento y en el placer de tener un compañero que hablaba el mismo idioma intelectual y práctico.
Ella cuenta la alegría y emoción que sintió una noche cuando entró al galpón y vio “…desde todos lados la débil iluminación de las siluetas”. Aún no conocían las peligrosas radiaciones que sus cuerpos absorbían: Pierre llevaba en su bolsillo una muestra con radio para mostrar a sus amigos y Marie tenía otra en su mesa de luz contra la oscuridad.
El radio podía ser utilizado para usos medicinales y la pareja dialoga sobre si debían patentar su descubrimiento ya quela industria de EE.UU. deseaba producirlo a gran escala. Los Curie dan una respuesta que los convierte en leyenda: se oponen con el argumento de que la investigación fundamental debe ser llevada a cabo por sí misma y no debe ser confundida con el afán de lucro de la industria. Afirman que los investigadores deben ser desinteresados y transmitir sus conclusiones a todos. Más tarde Marie demuestra la amplitud de su inteligencia cuando afirma: "La humanidad tiene necesidad de hombres prácticos que saquen el máximo partido de su trabajo sin olvidar el bien general, salvaguardando sus propios intereses. Pero también tiene necesidad de soñadores, para quienes las prolongaciones desinteresadas de una empresa son tan cautivadoras que les resulta imposible mirar por sus propios beneficios materiales. Posiblemente, estos soñadores no merecen la riqueza. Pero una sociedad bien organizada debería siempre asegurar a sus investigadores los medios suficientes para cumplir su función y llevar una vida desembarazada de las preocupaciones materiales, libremente consagrada al servicio de la investigación científica".
• En noviembre de 1903, un breve telegrama les anuncia que la Academia de Ciencias de Estocolmo les había concedido, junto a Henry Becquerel, el Premio Nobel de Física por sus trabajos sobre radioactividad. A pesar de la enorme importancia del premio, Pierre y Marie faltaron a la cita en Suecia argumentando estar muy atareados con sus clases. Ambos eran docentes.
La notoriedad que logra este premio sólo había sido igualada por los premios Nobel de la Paz y de Literatura. La prensa recoge esta historia, que era de amor, de sacrificio, de generosidad, de desinterés y de cierta forma molesta la intimidad laboriosa de la pareja. “La ruptura de nuestro aislamiento fue motivo de sufrimiento para nosotros” dijo Marie. “No he encontrado la manera de defendernos contra el desperdicio de nuestro tiempo, y sin embargo es muy necesario. Se trata de una cuestión de vida o muerte desde el punto de vista intelectual " dijo Pierre.
Los Curie desean tener un laboratorio, de ningún modo piensan que su labor ha concluido. En 1903 Paul Apell, decano de la Facultad de Ciencias, aspira a presentar a Pierre como destinatario de la prestigiosa Legión de Honor, a lo que Pierre responde: ".... no siento la menor necesidad de ser condecorado, pero tengo gran necesidad de un laboratorio”. Se le da una cátedra en la Sorbona en 1904 con la promesa de un laboratorio, pero nunca tuvo un laboratorio.

Pierre Curie muere, Marie Curie continúa honrando su vida
Hasta aquí la pareja había tenido dos hijas, una de ellas futuro Premio Nobel, pero llega ese lluvioso 19 de Abril de 1906, día en que Pierre muere atropellado por un carro. Marie nuevamente arroja su dignidad al mundo al negarse a obtener una pensión. “Tengo 38 años y soy capaz de ganarme la vida”. Se la designa como docente en la cátedra de Pierre y como jefa del laboratorio, convirtiéndose en la primera mujer docente en la Sorbona. En su primer día de clase había estudiantes, periodistas, fotógrafos y mucha gente con expectativas diversas. No poca impresión causaron las primeras palabras de Marie Curie: "Cuando consideramos los progresos logrados en los dominios de la Física durante los diez últimos años, nos sorprende el gran avance de las ideas en lo concerniente a la electricidad y a la materia..." dando continuidad a la última clase de Pierre, sin alusión ninguna a cuestiones personales ni sensibleras.
En el laboratorio Marie logra aislar una cantidad infinitesimal de un sólido color blanco resplandeciente, el radio propiamente dicho, a un punto de fusión de 700°, demostrando que se trataba de un metal. También presenta en la Oficina Internacional de Pesos y Medidas la creación de un patrón internacional del radio.
Es sabido que el mundo y especialmente el de las ciencias siempre hizo galas de vergonzoso machismo y acá va un ejemplo. Para aquellos tiempos había un lugar vacante en la sección de Física de la Academia de Ciencias. Este cargo se decidía por votación y Marie perdió por dos votos. Ella consideró esta situación como humillante e injusta por lo que nunca más solicitó tal distinción.
Pero su trabajo y su prédica dan resultados diferentes cuando la Academia de Medicina la elige como miembro en 1922, siendo la primera mujer en ocupar ese espacio.


¿Volvió a amar?
Quiero pensar junto a los lectores que la bella, inteligente y apasionada Marie se volvió a enamorar en un sitio en el que desplegaba lo mejor de sí. Esta vez de su nuevo compañero de trabajo en la escuela normal de Sevrés, su confidente y amigo, Paul Languevin. Un físico e intelectual brillante y muy conocido en Francia, con una conflictiva vida personal ya que estaba separado de su ex mujer de quien tenía 4 hijos. Estamos en 1910 y Francia está recorrida por ideales xenófobos y antisemitas. La prensa, como siempre ansiosa de espectacularidad, y con los argumentos más conservadores enjuician y denostan: "…la extranjera, la polaca destructora de hogares y escasa moral...". ¿Y la opinión pública y la comunidad científica? Guardan silencio sumiendo a Marie al oprobio y a la vergüenza.

Segundo Premio Nobel
En 1911 Marie logra el Premio Nobel de Química por la purificación del radio y sus compuestos. Es la primera persona que logra dos premios de la academia. En 1913 se construye en París, en el Instituto Pasteur, el Pabellón Curie, destinado al uso exclusivo de Marie para el estudio de la física y la química de la radioactividad.
Pero aquel conflictivo principio de siglo y la forma de vida de Marie no me permiten cerrar la historia. Llega 1914 y el avance alemán sobre Bélgica y Francia. Demasiados muertos y heridos para tener quieta a Marie. Decide servir a Francia realizando un curso intensivo de anatomía y técnica radiológica con el Dr. Bèclère, convenciendo además a varios compañeros para que se unan a la tarea de formar un equipo de radiología móvil e ir al frente. La mombran Directora del Servicio de Radiología de la Cruz Roja y con la colaboración económica de la Unión de Mujeres Francesas consigue equipar 16 ambulancias con un chofer y un técnico radiólogo a bordo. Esos vehículos a los que se les llamó “pequeñas curies” recorren los campos de batalla salvando vidas y curando heridos.
Luego vinieron medallas, honores, títulos académicos en diversos países a los que Marie daba poca importancia, todo lo hacía para conseguir abastecer su laboratorio y continuar su labor. La opinión pública francesa la volvió a elevar a la categoría de heroína.
Tenía 67 años cuando su cuerpo flacucho dijo basta. Un año después su hija Irene y su esposo logran un Premio Nobel por el descubrimiento de la radioactividad artificial. Su hija Eve, autora de la hermosa biografía de Marie, fue pianista y reportera realizando un importante aporte a los aliados durante la Segunda Guerra Mundial.

La yapa: “…el alma que ama ese saber, salta, palpita, se conmueve, siente una felicidad que da sentido, como el amor a la lucha y al sufrimiento de tanto tiempo de espera” M.C.

«Soy de los que piensan que la ciencia tiene una gran belleza y que la investigación tiene un sentido casi poético. Siempre he pensado en la gran parte que el sentido soñador y poético ha tenido en los grandes descubrimientos, en aquellos que más decisivamente han contribuido al progreso de la humanidad. Un sabio en un laboratorio no es solamente un teórico; es también un niño colocado ante fenómenos naturales que le impresionan como un cuento de hadas. No debemos creer que todo progreso científico se reduzca a mecanismos, máquinas y engranajes que, de todas maneras, tienen su belleza propia. Tampoco creo que peligre ni vaya a desaparecer de nuestro mundo el espíritu de aventura. Si veo a mi alrededor algo vital es precisamente ese espíritu de aventura que parece indesarraigable y que se halla emparentado con la curiosidad.” M.C.

Bibliografía
-Marie Curie, una mujer pionera en su tiempo. María del Carmen Binda. Revista argentina de radiología N°4/Dic. 2009
-Marie and Pierre Curie and the Discovery of Polonium and Radium. Nanny Fröman. www.nobelprize.org
-Película Los méritos de Madame Curie. Claude Pinoteau. 1997

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